En el mundo hay historias tan increíbles que parecen sacadas de una película, y la de Frane Selak, un hombre croata nacido en 1929, es una de ellas. Conocido como el hombre más afortunado del mundo, o también el más desafortunado, según a quién se le pregunte, su vida es una sucesión de milagros, accidentes extremos y una sorprendente victoria final en la lotería.
Una vida marcada por la muerte… y la suerte
Todo comenzó en 1962, cuando Frane viajaba en un tren que descarriló y cayó a un río helado. Diecisiete personas murieron, pero él consiguió salir con heridas menores. Para cualquiera, eso ya sería una historia que contar toda la vida. Pero para Selak, apenas era el principio.
En 1963, volaba en un pequeño avión cuando la puerta se abrió en pleno vuelo. Fue succionado fuera de la cabina, sin paracaídas, y milagrosamente aterrizó sobre un pajar. Murieron 19 personas en ese vuelo, pero él vivió para contarlo.
En 1966, el autobús en el que viajaba cayó de nuevo a un río. Esta vez también hubo víctimas mortales, pero una vez más, Selak escapó con vida. ¿Coincidencia? ¿Destino? Él seguía adelante.
Años más tarde, en 1970, su coche explotó sin previo aviso. Nadie se explica cómo salió ileso. En 1973, otro coche suyo ardió en llamas mientras conducía, y aunque el motor quedó destruido, él solo sufrió quemaduras menores.
Tras unos años tranquilos, en 1995 fue atropellado por un autobús en Zagreb. Otra vez, sobrevivió con heridas leves. Y en 1996, un camión que se desvió de su carril lo obligó a salirse de la carretera por un acantilado. Saltó del coche en el último segundo y quedó suspendido en las ramas de un árbol, viendo cómo su vehículo explotaba al fondo del barranco.
El giro final: la lotería
Después de tantas tragedias evitadas por los pelos, el destino le tenía guardado un último regalo. En 2003, Frane Selak ganó el premio mayor de la lotería croata: alrededor de un millón de dólares. Fue entonces cuando muchos medios internacionales lo descubrieron, llamándolo el hombre más afortunado del planeta.
Aunque algunos pusieron en duda la veracidad de todos los hechos (muchos no han sido oficialmente verificados), la historia de Selak se convirtió en un fenómeno viral. Su mezcla de tragedia, supervivencia y fortuna final tocó una fibra sensible en todos nosotros.
Una vida sencilla tras la fama
A pesar del dinero, Frane no cambió su forma de ser. Años más tarde, donó la mayor parte de sus ganancias, diciendo que lo más importante era tener salud y amor. Su historia ha sido narrada en documentales, artículos e incluso inspiró ilustraciones y caricaturas.
“Pueden verme como el hombre más desafortunado del mundo… o el más afortunado. Yo prefiero lo segundo”, dijo una vez en una entrevista.
Y no es para menos. Si alguien ha bailado con la muerte y ha salido airoso, ese fue Frane Selak.